Solveig Rousselot habla francés, español y un poco de inglés (lo entiende y asegura que lee mucho mejor de lo que lo habla).
Nació en un pueblo pequeño en el sur de Francia, entre Nimes y Avignon. Cuenta que en su casa no se les daba muy bien los idiomas pero se aficionó al español y entró en la universidad para estudiar Filología Hispánica y Civilización (Historia de España y América Latina). Tocaba irse de Erasmus y así llegó a España.
Su objetivo era enseñar español en secundaria en Francia, pero conoció al que es ahora su marido y tuvo que cambiar el chip. Se formó en enseñanza del francés como lengua extranjera y empezó a preparar a alumnos para exámenes, DELF, DALF, dar clases en empresas, hacer traducciones, y algún curso en la Brigada Aragón, y poco a poco se familiarizó con los exámenes específicos del mundo militar. Así es como empezó a colaborar con Milcom para entrar realmente en la empresa en 2023.
Según Solveig, "los idiomas sólo pueden abrirnos puertas". Hay que dedicarle tiempo y esfuerzo, pero cuando logras tener una conversación en otra lengua suele ser muy satisfactorio. Además, abre nuestras mentes a otras formas de pensar y de ver el mundo.
Dice que, a día de hoy, todavía le falta alguna palabra en español para traducir exactamente lo que quisiera expresar en su idioma, pero también le falta la palabra “barato” en francés, por ejemplo, o algún concepto que se exprese mejor en un idioma que en otro. Sin embargo, está muy contenta de hablar español con tanta fluidez.
Haced caso a Solveig: si decidís aprender un idioma, os abriréis una ventana al mundo.
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