El 11 de julio de 2002, Marruecos ocupó militarmente el islote de Perejil (situada en el Estrecho de Gibraltar) con una pequeña dotación de su Gendarmería Real, poniendo en él dos banderas marroquíes.
Una patrullera de la Guardia Civil llegó hasta el lugar para saber qué estaba pasando, y los marroquíes les advirtieron que se marcharan porque "no era tierra española"; les amenazaron con "disparar por error" y se vieron obligados a irse.
La tensión entre España y Marruecos fue, desde ese momento, palpable. No hubo disparos, pero sí cruce de declaraciones entre ambos. El 17 de julio, el por entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, anunció que había ordenado el desalojo de la isla de Perejil con una operación militar denominada "Romeo-Sierra", puesta en marcha a primera hora de ese mismo día.
El 16 de julio, un equipo de 23 boinas verdes del Grupo de Operaciones Especiales "Valencia" III del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra embarcaba en su base de Rabasa (Alicante) en tres helicópteros Cougar. Volaron hasta Facinas (Tarifa) y, allí, esperaban otros helicópteros y 5 infantes de Marina del Tercio de Armada.
Finalmente, en apenas 20 minutos, detuvieron a los integrantes del comando marroquí. Fueron entregados a la Guardia Civil, que esa misma tarde los devolvió a Marruecos a través del paso del Tarajal (Ceuta).
Así terminaba el órdago del rey marroquí, quedando la isla de nuevo vacía.
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